Al igual
que en el primer post de este blog se comentaron los fundamentos de los SIG, en
esta ocasión le toca el turno a los de la teledetección, la cual se puede
definir como la obtención de información sobre un objeto a distancia, es decir,
no habiendo contacto material entre ente o sistema observado y el sistema
observador (López y Caselles, 1991).
En la
teledetección existen tres elementos fundamentales a tener en cuenta, el
sensor, los cuerpos observados presentes en la superficie terrestre y el flujo
energético (energía electromagnética). Dicho flujo energético es el modo de
contacto entre el sensor y la superficie observada, y puede tratarse de la
energía electromagnética enviada por el sol y reflejada por la tierra, la
emitida por los cuerpos terrestres o bien la radiación enviada por el propio
sensor hacia el territorio terrestre y posteriormente captada por el mismo
sensor una vez rebotada (Castaño, Reyes y Vela, 1996).
Los
sensores se tratan de instrumentos capaces de detectar la energía
electromagnética y convertirla en una magnitud física que pueda ser tratada y
grabada, pudiéndola transformar en un formato analógico (fotografía) o digital
(imagen) (Sobrino, 2001). Además, dichos sensores se suelen acoplar a una
plataforma, la cual puede ser o bien aérea (avión, dron, helicóptero) o
espacial (satélite). En base a todo esto, existen dos tipos de sensores, los
cuales se diferencian fundamentalmente por la procedencia de la energía
electromagnética que captan:
-
Sensores pasivos: Se basan en la captura de la energía electromagnética
proveniente del sol que se refleja en los elementos de la superficie terrestre,
así como también de la energía emitida por los cuerpos terrestres en distintas
longitudes de onda (figura 1) (Di Bella, Posse, Beget, Fischer, Mari et al., 2008). Dentro de este grupo
destacan las cámaras fotográficas y de video, y los sensores electro-ópticos.
Se pueden destacar varios de nombre propio, como por ejemplo los satélites
Landsat, Quickbird o Spot.
Figura 1. Captación de radiación de un sensor
pasivo. Fuente: INEGI
-
Sensores activos: Se caracterizan por no utilizar la energía electromagnética procedente
del sol ni de la energía reflejada por la tierra, ya que generan ellos mismos
una determinada señal (ondas electromagnéticas) que posteriormente registran
una vez que esta interaccione con el sistema observado en la superficie
terrestre y vuelva al sensor (figura 2) (Arozarena y Del Bosque, 2000). Cabe
mencionar el RADAR, radiómetro activo de micro-ondas, y la tecnología LiDAR
(Light Detection and Ranging) que se encuentra actualmente muy en auge.
Figura 2. Captación de radiación de un sensor
activo. Fuente:
INEGI
En cuanto
a los cuerpos observados en la superficie terrestre, no todos ellos emiten o
reflejan la misma energía electromagnética (ya que esta básicamente depende de
la temperatura de los cuerpos), si no que cada uno posee una respuesta
espectral propia, denominada firma espectral (Castaño et al., 1996). Dicha firma espectral se crea a partir de la señal
registrada por los sensores en las diferentes porciones del espectro
electromagnético (Karszenbaum y Barrazza, n.d.). Gracias a ella se pueden
identificar diferentes superficies en la naturaleza como la tierra desnuda, la
vegetación o el agua.
En relación con esto, el espectro electromagnético (figura
3) se basa en una distribución continua de longitudes de onda (expresadas en
Angstrom, micrón, nanómetro o milimicra, centímetros, etc) y frecuencias
(expresadas en mega herzios), en donde se recogen todas las clases posibles de
radiación electromagnética que existen en el universo. En teledetección se
utilizan principalmente cuatro intervalos de longitudes de onda (también
llamadas regiones) denominados visible, infrarrojo próximo, infrarrojo medio e
infrarrojo térmico o lejano, denominándose el conjunto de estas regiones la
región óptica del espectro (Villajos, 2006). El espectro visible se trata de la
luz que pude percibir el ojo del ser humano, siendo una diminutiva porción del
espectro total (de 0,4 micras a 0,7 micras).
Figura 3.
Espectro electromagnético.
Fuente: Di Bella, Fischer y Mari, 2008.
Finalmente,
mediante los diferentes sensores que se suelen usar en teledetección (cámaras
fotográficas, sensores óptico-electrónicos, radares y láseres) se generan
imágenes gracias al análisis de la radiación emitida o reflejada por elementos
terrestres en las longitudes de onda en las cuales son sensibles (ultravioleta,
visible, infrarrojo próximo, infrarrojo técnico e hiperfrecuencias) con el
objetivo de poder reconocer dichos elementos en la propia imagen generada
(Sacristán, 2006).
Generalmente
la información que se pretende adquirir se trata de datos e imágenes referentes
a diferentes elementos del territorio terrestre, los cuales sirven como base o
complemento para la realización de trabajos y estudios relacionados
especialmente con el medio natural.
Como
principales ventajas que se obtienen con el uso de la teledetección, destacan
la visión global, exhaustiva, sinóptica y repetitiva de la superficie
terrestre, cobertura global del territorio, observación directa y a diferentes
escalas, homogeneidad en la toma de datos y un tratamiento digital de las
imágenes recibidas, lo que permite integrar los resultados con otro tipo de
información geográfica (Casterad, 2006).
Bibliografía
empleada:
- Arozarena, A., y Del Bosque, I.
(2000). Base de Datos Geográficos de Ocupación del Suelo en el Litoral de Marruecos mediante
Teledetección. Instituto Geográfico Nacional. Madrid.
- Casterad, M. A. (2009). Introducción
a la teledetección. Centro de
Investigación y tecnología
Agroalimentaria de Aragón. Gobierno de Aragón.
- Cataño, S., Reyes, y J., Vela, A.
(1996). La Teledetección. Sus Bases. Sección
de Teledetección y Sistemas de
Información Geográfica. Instituto de Desarrollo Regional. Universidad de Castilla La mancha.
- Di Bella, C. M., Posse, G., Beget, M.
E., Fischer, M. D. L. A., Mari, N., y Verón, S. (2008). La teledetección como herramienta para la
prevención, seguimiento y evaluación
de incendios e inundaciones. Revista
Ecosistemas, 17(3).
- Di Bella, C. M., Fischer, M., &
Mari, N. A. (2008). Teledetección satelital
y fuego en áreas naturales. Ciencia Hoy, 18, 104.
- INEGI (n.d.). Instituto Nacional
de Estadística y Geografía. México.
- Karszenbaum, H., y Barrazza, V.
(n.d.). Introducción a la Teledetección Cuantitativa.
Instituto de Astronomía y Física del
Espacio. Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. Universidad de Buenos Aires.
- López, M. J., y Casielles, V. (1991).
Introducción a la Teledetección. La
Teledetección en el
seguimiento de los fenómenos naturales. Recursos renovables: agricultura, 19. Universidad de Valencia.
- Romero, F.S. (2016). La
Teledetección satelital y los sistemas de protección ambiental. Revista
AquaTIC, (24).
- Sobrino, J. A. (2001). Teledetección.
Universitat de valència.
- Villajos, S. O. (1993). Teledetección
fundamental. Escuela Universitaria de
Ingeniería Técnica Topográfica.
Universidad Politécnica de Madrid.


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